sábado, 16 de noviembre de 2013

Gould y Estados Unidos

Sí, ya sé que algunos que son incondicionales de este blog (aunque yo creo que ya no tantos después de un prolongado período de inactividad) me echarán la culpa por no escribir ni una línea desde exactamente el 24 de julio. Pero se me disculpará si digo que he estado ocupado durante estos meses con varios asuntos de importancia.
El primero fue mi viaje a Estados Unidos. Del 20 al 31 de agosto, toda la familia Gómez-Tejeda recorrió la nada despreciable cifra de 22826 kilómetros de costa a costa de América, visitando las ciudades de Nueva York (obviamente, no me iba a quedar sin visitar la Gran Manzana) Seattle, Vashon (ambas en el estado de Washington) Washington DC y de  vuelta a Nueva York. Durante ese viaje, tuve la oportunidad de encontrarme con amigos a los que había prometido hacerles una visita, y aunque el tiempo apretaba (dos días en NYC, tres en Seattle, dos en DC y tres en Long Island) pude cumplir con todos mis objetivos. Experimenté cosas nuevas para mí (¿alguien ha pilotado alguna vez un barco?) y otras tan raras como celebrar la cena de Acción de Gracias en agosto. Para muestra, un botón (al final del viaje)
Con A.J Cannatella, uno de mis mejores amigos y la persona por la que (mayormente, sin perjuicio de ofender a mis otros amigos americanos) hice el viaje. Más que amigo, en este caso. 30 de agosto en Manhasset, Long Island.

El segundo asunto del que quería ocuparme, y que podéis ver reflejado en el título de este post, es mi nueva novela, que previsiblemente se titulará Gould o la búsqueda de la manzana de la discordia aunque probablemente se acorte a Gould. En ella cuento la historia del profesor francés François Gould que, después de una década encerrado en sí mismo tras el accidente de automóvil en el que murió su novia, decide, impulsado por un libro misterioso, regresar a Turquía, el país donde vivió con ella y con un grupo de amigos. El libro está lleno de referencias al mundo del psique (aunque no me confieso un fan de Sigmund Freud) y por el momento tengo completadas unas 60 páginas, aunque la extensión del manuscrito podría ser de unas 550. Se aceptan sugerencias en el cambio de argumento si no satisface.
Me despido hasta otra ocasión, ya que no sé cuándo me volverá a entrar la vena blogger . 

miércoles, 24 de julio de 2013

Viaje del Papa Francisco a Brasil y algunas particularidades sobre el nuevo pontífice

El Papa Francisco, elegido el 13 de marzo pasado tras la renuncia de Benedicto XVI, heredó de este un viaje al poco de ascender al trono de San Pedro. Cuando Joseph Ratzinger renunció alegando que sus fuerzas habían llegado al límite y ya no eran las necesarias para guiar a la Iglesia el 11 de febrero pasado, dejaba en suspenso quién acudiría a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebraría del 23 al 28 de julio en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Al ser elegido el Papa, todos pensaban que delegaría en alguien el viaje, pero en la fiesta de Pascua Francisco confirmó que viajaría del 22 al 29 de julio a Brasil para conmemorar la visita de Benedicto XVI en 2007 y para presidir la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.
A su llegada al aeropuerto internacional "Galeâo/Antonio Carlos Jobim" de Río, a las nueve de la noche hora española del lunes 22 de julio, Francisco fue recibido por la presidenta brasileña Dilma Rouseff, por el arzobispo de Río monseñor Orani Joâo Tempesta, por el nuncio apostólico monseñor Giovanni d´Aniello y por las demás autoridades políticas y civiles del país. 
Inmediatamente, rechazando el Mercedes oficial propio de un jefe de Estado que pusieron a su disposición, Francisco se montó en un Fiat Idea de tamaño medio que se vio bloqueado por los jóvenes que querían saludar y tocar al Papa numerosas veces durante el trayecto del aeropuerto hacia la catedral de San Sebastián, donde cambió de coche para ir en un papamóvil descubierto, vehículo que se vio obligado a abandonar al ver que no llegaba a la ceremonia de bienvenida prevista para las diez en el palacio de Guanábara, por lo cual Francisco y el resto del séquito se trasladaron en helicóptero desde el aeropuerto Santos Dumont hasta el palacio.
Allí, en un portugués con fuerte acento porteño, el primer Papa latinoamericano destacó que "quiero llamar a la puerta de Brasil y pedir permiso para transcurrir esta semana con vosotros" además de decir que no tiene "oro ni plata, pero que traigo conmigo lo más valioso que me fue dado, Jesucristo" y de apelar a la juventud como "la ventana por la que entra la esperanza en el mundo".
Hoy, Francisco ha visitado el santuario de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, patrona de Brasil, ante la que ha rezado encomendando a la juventud en  el mundo, y en la homilía de la misa que allí ha celebrado, ha dicho que "la Iglesia, cuando busca a Cristo, llama a la puerta de la casa de María y le dice: Muéstranos a Jesús" además de exhortar a los presentes a ser "luceros de esperanza". El Papa ha dicho, además, que volverá a Brasil en 2017.
Entre los cardenales que acompañaban al Papa en este viaje está mi querido "tío" el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, a quien tuve la dicha de acompañar entre los días 17 y 19 de mayo en su visita a la ciudad gallega de Santiago de Compostela y que hace trece días, desde su lugar de vacaciones en Sordevolo, en las montañas del Piamonte, su tierra natal, me escribió una conmovedora carta que reproduzco aquí traducida al español para que vosotros, queridos lectores, podáis también leerla.
Sordevolo, 11 de julio de 2013
Querido Javier
Te escribo desde un bellísimo lugar de vacaciones en medio de las colinas de mi tierra natal.
Respirando un aire verdaderamente salubre y lleno de perfumes rurales (y también del sonido de la campanilla de las vacas cuando pastan) he pensado en ti en el intervalo que me tomé para ordenar mi archivo personal, recordando las bellas cartas que me has escrito en estos años.
Me has demostrado un gran afecto y un inteligente apoyo en los momentos difíciles también con la oración y siguiendo paso a paso la historia sagrada de nuestra Iglesia de Roma.
Debo decirte que el Papa Francisco es un volcán que no deja en paz aunque difunda hermandad y amor entre todos. Pero a nosotros, sus colaboradores más cercanos, nos da tareas inalcanzables pidiéndonos un resumen semana a semana con llamadas imprevistas.
También sé que vosotros en España estáis entusiasmados con el papa Francisco pero no olvidáis las enseñanzas y el conocimiento de nuestro amado y venerado Papa Benedicto XVI. Te confío que está bastante bien de salud, sobre todo desde que volvió al Vaticano en el monasterio en medio de los jardines vaticanos y es muy amado también por el Papa Francisco que no deja pasar la ocasión de verle (como en la inauguración de la estatua de San Miguel Arcángel) ni de consultarle.
Viajaremos juntos a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud y veremos si es digna de aquella que se celebró en Madrid.
Sor Carmen y sor Bernarda, Luigi y Massimo con la postdata no se olvidan de este "sobrino español" que ya está emparentado con nosotros y también con un trozo de mi familia (mi sobrino Alessandro)
Saludamos de corazón a tus padres y a tu hermano Juan y te abrazamos recordándote en nuestra oración
Afectísimo en el Señor
Tharsicius Card. Bertone