Pensar, sólo pensar, en lo mal que me siento

Bueno, la verdad es que hoy no me ha entrado la vena poética , como pensaréis los que leisteis mi poesía del lunes. Escribo desde el salón de mi casa para inaugurar mi serie de posts esta semana. Tengo pocas ganas de hacer otra cosa , y como no voy al colegio, me encuentro desempleado . Mi madre se va esta tarde a Roma , y creo que esto de la B. se nos va de las manos . Me siento como el mármol blanco cuando le golpean con el cincel y se parte en mil pedacitos del tamaño de esquirlas , muy pequeñas. Como el grifo que al encenderse derrama agua sin parar sobre un suelo antes cuidadosamente empolvado y fregado . Como un hombre que se derrumba en el suelo lleno de agua. Tengo ganas de caer y no volver a alzarme, como un fénix derrotado. Siento como si un ácido corrosivo me roera las entrañas y me llenara de bilis agria como el jugo de un limón fresco . Quizás sea que siento algo malo. Yo nunca he sido tan derrotista. Ayer , en Barcelona, me sentía feliz , porque tenía a todas las personas a quienes quiero, mi padre, mi madre, Milanka, la hermana María del Carmen... y ahora , no tengo a nadie. Bueno , sí , a mi familia , pero siento que me falta algo, como un pedazo de corazón que se hubiera desprendido ayer, conforme volvía a casa. Mientras Barcelona quedaba atrás , lloré, y mucho. Claro, que después me resigné. Pero hoy me ha vuelto la derrota. No sé por qué . La música que me pongo para intentar calmarme no funciona . Dios debe de estar cebándose conmigo , porque le pido que me diga por qué me siento así y no responde. ¿Sabe alguien por qué, POR QUÉ? Me dan ganas de gritar , como Jesús en la cruz : Dios mío , Dios mío¿ por qué me has abandonado?